Los lunes de Candela (v.o.). Sonrisa ciborg
No hace mucho,
la semana pasada para ser más concretos, hacía mi entrada triunfal a las ocho y
cuarto de la mañana en el andén del metro dispuesta como siempre a pasar otro
día más de sueño y desidia… Vamos, lo que viene siendo motivación vital. Como
siempre, el piloto automático condujo mi cuerpo hasta la mitad del anden, justo
a la altura de un banco, que nunca está vacío (no sé para qué leches voy), y
una pantalla de tele de la red del suburbano, una cadena que reproduce en bucle
infinito los mismos reportajes subtitulados desde 1924, alternado eso sí con un
simpático mapa del tiempo donde soletes con caritas sonrientes y nubes sin
rostro (pobres nubes, injustamente condenadas a no tener faz)… por donde iba…
ah, sí… que estaba viendo la mierda de tele del metro mientras me quitaba la
chaqueta cuando el rabillo del ojo se me fue a la revista que estaba leyendo una
señora que había tenido la fortuna de conseguir asiento en el poyo. Era una de
esas publicaciones en las que la gente posh
enseña sus casas y muestra en exclusiva su primera boda y la primera vez que
sus retoños emiten un provechito (que
no haya sonido no es impedimento, el redactor describe en perfecta narración
lírica el eructito del nene y la mirada, embelesada, siempre embelesada, de sus
papás). Mientras la señora pasaba las páginas, mis retinas paseaban curiosas
por las fotos. Hasta que aquello llegó… Qué eran lo que veían mis ojos, pétreos
e impávidos ante semejante estampa. ¡Era la sonrisa ciborg! Dios, qué repelús.
Un escalofrío me recorrió toda la médula, desde el cogote hasta la curcusilla.
En la imagen, las dos mujeres, más pijas que la comida deconstruida, posaban
casi de perfil, con las manos de una sobre los hombros de la otra, con un gesto
amago de ay, Mari, que te voy a abrazar o
a escupir, no lo tengo muy claro aún.
Bob Esponja también quiere ¡dientes, dientes! |
Nada impactante, en principio, nada
fuera de lo común en ese tipo de publicaciones, hasta que la vista se anclaba en
esas bocas entreabiertas de ¡dientes, dientes!, que es lo que les j… que dijo quien
ya sabes. Un par de hileras de simétricos, perfectamente alineados y sobre todo
fosforescentes dientes rebotaban contra la retina del lector todo el flash utilizado
en la instantánea. Era prácticamente imposible fijarse en otra cosa que no
fueran aquellas dentaduras, que, si en un principio parecían perfectas, poco a
poco iban introduciendo miajas de terror por las venas. ¿Pero por qué no tenían
una sonrisa humana? ¿Y qué componente tenía su pasta de dientes? ¿Lejía? La
tensión poco a poco iba in crescendo
dentro de mí. No podía dejar de mirar. Las de postín me habían atrapado (y a la
señora yo creo que también, porque que no pasaba la página ni a la de tres y
tampoco se llevaba el dedo a la lengua para mojárselo, signo inequívoco donde
los haya). A punto estuve de tener un ataque de pánico. Menos mal que el
chirriante sonido del metro entrando en el andén desvió mi atención y pude
volver de nuevo al mundo de las personas, donde los dientes tienen forma
anatómica, tonos fuera de la gama de los Pantone y los incisivos se diferencian
de los molares sin tener que hacer carrera en Salamanca.
Pd de S: Cuando tengo un mal lunes, me encanta echarle una sonrisa ciborg y ¡dientes, dientes!
Gracias por leer y por vuestros comentarios.
Feliz lunes
Ostras al leer "la tele del metro" me ha venido nostalgia de Barcelona, de gran ciudad... es tan distinta mi vida actual..
ResponderEliminarPor si te interesa guapa, tenemos un sorteo deluxe en el blog!! Gana 100€ para comprar ropa o complementos de las mejores marcas (See by Chloé, Red Valentino, Pretty Ballerinas, La Perla, Converse, etc!). Me encantará que participes Soledad ;)
Besito!!!
M.
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Me paso ahora mismo, Mónica.:)
ResponderEliminarjajaja!!!Buenísimo me he reído un montón.
ResponderEliminarEs bonito empezar la semana con una sonrisa.
Ésta Candela es divina como tú.
Besitos y que tengas una feliz semana
Feliz semana para ti también ;)
ResponderEliminarjajaja solo Candela puede hacer entradas divinas y triunfales en el metro.. y no contagiarse de vulgaridad...Besos para los vulgares como yo.. que diria Sol...
ResponderEliminarMe has leído el pensamiento, jeje
Eliminarmuy bueno...jejeje Tienes una nueva seguidora! :)
ResponderEliminarhttp://mintcandyapple99.blogspot.com
Muchas gracias, Maite. Yo también soy seguidora de tu blog. Oh, yeah.
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