Los lunes de Candela. Y yo que me creía tan sana




“Tiene usted colesterol”. Y el médico ni quitó la vista de la pantalla del ordenador donde estaba leyendo el informe de mi último análisis de sangre.
“Pero si yo…”, fue lo único que atiné a decir, aunque en realidad quería continuar la frase con “…llevo vida sana”.
El galeno pareció adivinar mi pensamiento lingüístico y acto seguido, me miró y me preguntó “¿qué tipo de alimentación lleva?”.
“Pues… yo tomo verdura, y pescado y…”. Y en ese momento tenía que callarme pues empezaba a recordar que entre verdura y verdura también ingería los dos sobaos pasiegos de por la mañana, más la rosquilla de azúcar del mediodía, la palmerita del café de las cuatro y, si no se hacía tarde para la siesta, de vez en cuando unas patatitas fritas de bolsa a media tarde; vamos que a mi cuerpo y sus lechugas no le daban tiempo a depurar tantos azúcares refinados industriales. Estaba claro, si no cuidaba mi alimentación, iba camino de tener un chalé de dos metros cuadrados sin vistas a la calle. Pensamiento éste que ya de por sí me iba dejando la cara como una acelga, tan concienciada estaba ya con mi nuevo tipo de dieta. Y es más, me debí quedar como un conejo cuando le dan las largas en el momento en que el médico me dijo que me iba a mandar al hospital para que me “terminaran” (al oírlo me acongojé toa') “de hacer unas pruebas” (uf, qué alivio; creía que me iban a dar el finiquito eugenésico o algo por el estilo; es que el fin de semana había visto la película ¿Vencedores o vencidos? sobre los juicios de Nuremberg y tenía la sensibilidad a flor de piel).
En fin, dicho y hecho, a los pocos días salía de la consulta del especialista en el hospital con mis papelitos bajo el brazo y mi riesgo de infarto por las nubes, cuando ilusa de mí intenté salir a la calle. Y digo intenté porque me río yo de Teseo y el laberinto del Minotauro, si ambos hubieran conocido los pasillos de un hospital público habrían tenido por lo menos dos o tres ataques de ansiedad.
La cosa es bien simple, como todos son iguales por aquello de que la uniformidad da tranquilidad y equilibrio y todo el personal va vestido igual…, tanto que eres incapaz de distinguir a cirujanos jefe de personal de limpieza (y, ojo, no porque una profesión sea más digna que la otra), que ya podrían dividirse por secciones y colores (por ejemplo: cardiólogos de rojo, ginecólogos de fucsia, traumatólogos de blanco por los huesitos y el resto pues que se repartan entre el verde y el azul que son colores muy socorridos). Pero no, allí todo era igualito, y que conste que yo seguía los carteles indicativos, que haberlos haylos como las meigas, no vamos a negarlo, pero poco podían hacer frente a mi supino despiste y mi nulo sentido de la orientación.
Aquello era un cachondeo. Así que la quinta vez que pasé por el mismo ascensor “reservado a personal sanitario y camillas”, me di cuenta de que Alonso y Jenson Button me sacaban ya dos vueltas de ventaja en el circuito y no me quedaba más remedio que parar en boxes, o lo que es lo mismo: o preguntaba a alguien (y seguro que quedaba como una ridi de ridícula porque tendría la salida casi enfrente de mis narices colesteróticas o me sentaba al lado de la máquina expendedora y me tomaba un piscolabis para reponer fuerzas y seguir con la carrera, eso sí, cambiando antes las ruedas por las de “la leche bendita cómo resbalan los suelos de los hospitales, qué manía tienen de encerarlos tanto”).
Llegados a este punto, me paré y respiré hondo. Estaba claro: sólo me quedaba probar la ley del laberinto, mano pegada a la pared derecha, girar siempre en el mismo sentido, y que Dios reparta suerte, porque como reparta justicia más de uno se va a quedar jodipiiiiiiiiiiii...

Jenson Button

Pd. de S.: Que nos perdone Alonso, y ¡puxa Asturies!, pero poner la foto de Button era de rigor. 
Feliz lunes y mejor semana.

Comentarios

  1. jajajaja!!! Qué puedo decir que me encantaaaa!!!
    Sabes que desde que te conozco a tí y a Candela me encantan los lunes y no veo la hora de sentarme a leer sus relatos?
    Por todo ésto GRACIAS bonita.

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  2. Gracias a ti por dedicarme tu tiempo, me encanta haberte alegrado los lunes. :)

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  3. jajaja si el colesterol supiera cómo te lo pasas gracias a él...Ahí se quedaba! Buen post!

    www.shareasecret.wordpress.com

    Bss!

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  4. jajaja, estupendo post, con dieta sana y un poco de ejercicio, seguro que se baja el colesterol!

    besitos

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  5. jajaja, como a un conejo cuando le dan las largas.. jajajaja

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