Los lunes de Candela. Dangerous print



Dicen que aparcar en el centro es difícil. Mentira. Lo realmente complicado es salir a comprar unos zapatos para mi marido y no acabar con unos para mí, aunque sean unas zapatillas de felpa simplonas. Sin embargo, lo que realmente quiero hoy es advertir al mundo sobre el peligroso poder e influjo que sobre nosotros pueden ejercer los complementos de fiesta.
Desde estampados de leopardo hasta brillos dorados, pasando por satenes de color pastel, las carteras de mano, también llamadas clutch por ahorro lingüístico y porque así el bolsito parece más bueno y bonito, y de los zapatos de fiesta (aún no he descubierto una vocablo que sustituya, aunque bien podría ser los partshus, de party shoes, es decir, zapatos de fiesta) todo es un peligro. Y es que pierdes un momento la concentración y, ¡zas!, acabas llevándote unos para tu casa, aunque no te gusten, sólo porque brillan…

Ocurrió así:
Entramos mi marido y yo en la zapatería en busca de un par para él y, tras pedir al dependiente el número y modelo deseado, nos sentamos en un banquito de la tienda en espera de que lo trajeran del almacén y se lo pudiera probar. Cuando, inquieta de mí, oteé cual avecilla del monte el resto de pares que allí se encontraban y de pronto mi vista y todo mi ser se quedó atrapado, anclado e hipnotizado por la balda y parte de la pared que albergaba los complementos de fiesta. Incauta…
Los primeros en atraparme fueron unos zapatos, de satén rosa con pliegues drapeados en el lateral, que lucían en el empeine un ramillete de bolitas rosadas arracimadas, pulidas y nacaradas que no dejaban de recordarme la descripción que nos hacía mi tío Jacinto de sus almorranas. Cuando por fin pude apartar la vista de ellos, me retuvo una cartera de estampado de leopardo. Ese mini bolsito en el que no debía caber más que un pensamiento, y que fuera bueno, me tenía el ánimo completamente subyugado y alienado, tanto que si me hubiera pedido que invadiera Polonia, yo invado Polonia toda, sin música de Wagner ni nada, a palo seco, porque ese print tenía el control de mi ser. Lo mismo que un bolso de mano completamente dorado y brillante que parecía recubierto de escamas de pescado. Y es que hay que tener mucho cuidado con el glitter, porque que es muy traicionero: es mirarlo una sola vez y ya estás perdido. El glitter, brillo, purpurina, o como quieras llamarlo, te hipnotiza, abduce y anula cual secta de California. Vamos, que reduce tu voluntad a escombros. 

Es verlo y no poder dejar de mirarlo. 
Poco a poco se va introduciendo en tu mente, de modo tan sutil, que casi sin darte cuenta acabas llevando un bolso igual a la próxima boda de tu prima… En mi caso de la misma… que mi prima Isabelita ya va por la tercera. Y me da a mí en la nariz que en dos años o quizá tres tengamos la cuarta. Le ha cogido un gusto la muchacha que nos tiene a todas las féminas de la familia en vilo, pues nos quedamos sin fondo de armario que lucir. Porque ya se sabe que no se puede repetir vestido si vas a coincidir con las mismas personas en el evento. Cosa que a Isabelita parece importarle un pimiento… Desconsiderada. Qué manía con querer encontrar al príncipe azul de su vida. ¡Chica, quédate con el que ya tienes que yo me quedo sin qué ponerme!

Pd. de S: Esta semana publicaré a mitad de semana también. 
Feliz lunes glitter a todos.

Comentarios

  1. Qué bueno! Tienes razón que tendrá el brilli que nos hipnotiza jajajaja. Un besote y feliz lunes

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  2. jajaja, estupendo post, me ha encantado!

    besitos

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  3. jajajaja!!Todavía me estoy riendo ahora en cuanto termine el comentario lo vuelvo a leer otra vez.
    Espero los lunes ansiosa para poder leer a Candela y sus historias y como siempre genial si es que ésta Candela y tú sois divinas cada historia que leo de ella me gusta más que la anterior que yá es decir.
    Como siempre GRACIAS por hacerme empezar la semana con una sonrisa.
    Estaré encantada de leerte otra vez a mitad de semana.
    Un besito grande y feliz semana.

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  4. Me ha gustado mucho y eso que yo no soy de brillos, pero lo de las hemorroides.... me parto. Un beso.

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  5. Jajajajaja, es buenísimo! Mi enhorabuena por este relato!

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  6. me encanta... que cierto lo que dice Candela... yo soy como las urracas...me encanta todo lo que brilla.. que bueno Sol, una vez mas te sales!

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